La de la porcelana en Argentina.
En ése deambular por la historia de la porcelana y su interpretación en distintos países, hoy nos toca hablar de un país como la Argentina donde, en la actualidad, su mercado es sinónimo de imaginación, colores y novedosos diseños.
Recuerdo mi pasado por Santa Fe, ahí conocí la marca Verbano, visité sus instalaciones, hablé con sus artesanos, la mayoría de origen italiano, comprobé el esmero de su trabajo y el agradecimiento que todos dispensaban al Gobierno Provincial por las ayudas prestadas pues en su día evitaron que esta empresa artesanal hubiera desaparecido. Todavía dispongo de un plato en azul cobalto con el escudo de la Provincia y las palabras de uno de los encargados hablando del brillo de su esmalte, refiriéndome que no siempre resulta conveniente adaptarse a lo que está de moda, lo que había que hacer, según sus palabras, era mezclar las tendencias con lo que hay en casa.
Es este un País donde se tiene asumido que una receta tiene que ir acompañada de una esmerada presentación, también de una adecuada vajilla. Conocen esa singularidad, al igual que a simple viste distinguen la blanca y traslúcida porcelana de la loza.
Es éste un País de acogida y como tal no puedo obviar mi visita a la Fábrica en Ministro Rivadavia de Porcelanas Tsjui. Su nombre lo indica: originaria de Japón pero establecida en Argentina desde el año 1920 y hoy con capital enteramente nacional. Sus modelos Premium y Gourmet son de obligada presencia en los ágapes de Tigre, la Recoleta y Alvear como también lo son los productos de la Cerámica Nacha.
La ininterrumpida crisis económica argentina provocó la permanente unión de los trabajadores en cooperativas como salvaguardia de sus propios puestos de trabajo. Es común esa asociación y en el negocio de la porcelana no dejó de abstraerse a ella. Citar, por ello, a la Cooperativa Cerámica Blanca, ésa marca colectiva que oriundos de Tandil están intentando introducir en el mercado interior, fuera de esos límites de Tucuman y Provincia de Córdoba donde se producen sus ventas. Todavía me suenan los ecos de satisfacción de sus integrantes: con el esfuerzo todo se consigue, ellos recuperaron una fábrica y conseguir un objetivo en común, es parte de un todo, es el distintivo de los proyectos corporativos.