Minh Long
Visitamos hace años Vietnam, ése país del sudeste Asiático que ocupa la parte oriental de la Península de Indochina con una población ya cercana a los 100 millones de habitantes , una amplia frontera con China y ,sin duda, importantes reminiscencias de la administración francesa. La actual República no se ha podido abstraer a la influencia de ambos países. En lo respectivo al influjo artesanal de su poderoso vecino es incontestable. Respecto a Francia, todavía se sigue admirando su glorioso pasado y su actuales diseños.
Así viajamos a Hanoi con la sana intención de abordar la textura de la porcelana y cerámica allí elaborada. Sin demora nos dirigimos a Minh Long, la fabrica erigida en plena guerra civil de los años 70 y que viene a representar un icono de la cerámica artesanal.
Se dice que algunos países copian pues bien, el fundador de esta empresa nos advirtió desde el `primer momento que el resultado del éxito de sus productos es únicamente fruto de la aplicación de su propia experiencia adquirida en el extranjero. Empezó importando los hornos de Europa, después la tecnología y por último contrató a los ingenieros europeos para su montaje, exigiendo, además, de sus diseñadores que sus dibujos fueran únicos y sus esmaltes especiales.
Así consiguió una producción de muy alta calidad, dirigida a consumidores exigentes, con imágenes peculiares de escenas vietnamitas; búfalos , niños, pagodas, arroyos se entremezclan y sus vajillas no están exentas de cierto exotismo muy del gusto de las representaciones diplomáticas en ésa parte de Asia.